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Hablemos de bullying

Por Kalia Planells Keller, psicóloga clínica de la FETB (CSMIJ Gràcia)

Cuando hablamos de bullying nos referimos a un comportamiento agresivo hacia una persona que puede causarle daño físico, emocional o psicológico. La violencia es intencionada y recurrente quedando la víctima indefensa ante los ataques recibidos. Frecuentemente las víctimas no comunican el acoso que están padeciendo lo que dificulta más identificar y actuar para frenar la situación.

Es importante tomar medidas para prevenir y combatir el bullying en las escuelas en general, así como incrementar la sensibilización y educación sobre el tema, la promoción de la empatía y el respeto entre los compañeros, la creación y utilización de protocolos de actuación en caso de bullying.

Una herramienta para rescatar y tener en cuenta para prevenir, ayudar a proteger y desenmascarar situaciones de bullying es el resto del alumnado: el grupo de compañeros/as puede pasar de representar un factor reforzante de la actividad de la situación del bullying (desde risas cómplices a un silencio que legitima) a todo lo contrario y representar un revulsivo para que estas situaciones de acoso se cronifiquen.

El bullying no es aceptable y todos tenemos la responsabilidad de contribuir a crear un entorno seguro y respetuoso para todos.

¿Qué es y qué no es bullying?

Algunos elementos que hemos de tener en cuenta para poder hablar de bullying son los siguientes:

  1. La intencionalidad: En situaciones de acoso el comportamiento es intencionado y reiterado, mientras que en en casos de “No-Bullying” hay comportamientos ocasionales y no son repetitivos.
  2. En el bullying existe un desequilibrio de poder entre agresor y víctima. En situaciones de “No-Bullying” no existen diferencias significativas de poder entre las partes implicadas.
  3. La frecuencia puede cambiar de una situación a otra: En Bullying el acoso es repetido, en “NO-Bullying” se trata de incidentes aislados.
  4. Hay un componente de acoso e intimidación que se presenta de manera deliberada en las situaciones de bullying. En las situaciones de “No-Bullying” esto no se da.
  5. Las consecuencias sobre la víctima son importantes y negativas en el caso de Bullying. En el caso de “No-Bullying” el impacto no es necesariamente siempre negativo.

¿Qué es el ciberacoso?

En el ciberacoso la violencia es online, y aquí el objetivo es dañar, insultar, humillar, difamar, excluir, intimidar u hostigar a la víctima mediante mensajes, imágenes o vídeos. 

Los contenidos dañinos pueden difundirse rápidamente y permanecer en la red durante mucho tiempo, lo que aumenta su alcance y su impacto en la víctima.

Además, el anonimato que ofrecen las plataformas digitales puede fomentar la impunidad de los agresores y dificultar la identificación de los responsables.

Las consecuencias del ciberacoso pueden ser devastadoras para el bienestar emocional y psicológico de la víctima, pudiendo provocar serios problemas de salud mental como ansiedad, depresión, baja autoestima, aislamiento social e incluso pensamientos suicidas.

Es importante tomar en serio cualquier forma de ciberacoso y ofrecer apoyo a las víctimas para prevenir un mayor daño.

Recomendaciones para padres

  1. Comunícate: habla de manera abierta y honesta con tus hijos para que se sientan seguros de hablar libremente sobre sus experiencias. Escucha activamente sus preocupaciones y ofréceles apoyo emocional.
  2. Educa sobre el uso seguro de la tecnología: enseña los riesgos y peligros del ciberacoso, cómo proteger su intimidad y privacidad en la red y qué hacer si son víctimas de acoso en línea.
  3. Establece normas: reglas claras sobre el uso de dispositivos electrónicos y redes sociales, horarios de uso, sitios o aplicaciones permitidos, etc.
  4. Supervisa la actividad en red de tus hijos: revisa sus perfiles en redes sociales, mantente al tanto de sus interacciones online y estate atento a posibles señales de ciberacoso.
  5. Fomenta la autoestima y la confianza: poseer una autoestima saludable, disponer de habilidades sociales, mostrarse asertivos y sentirse seguros de sí mismos puede ser una protección para hacer frente a situaciones de acoso.
  6. Ambiente de apoyo: muéstrate disponible para escuchar, apoyar y buscar ayuda profesional en caso de ser necesario.

Promovamos la empatía y el respeto: enseñemos a nuestros hijos a ser respetuosos, empáticos y solidarios con los demás, a no participar en comportamientos de acoso y a denunciar las situaciones de bullying de las que sean testigos. 

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