En la Sesión Clínica Abierta de noviembre, la Dra. Ana Barbero habló del trauma complejo en la infancia, de cómo éste puede afectar de diferentes maneras al niño o niña que lo sufre, de la diferencia con otros tipos de traumas que no tienen efectos tan globales y del modelo neurosecuencial de Traumaterapia Sistémica infantojuvenil de Barudy-Dantagnan y colaboradores.
Según explicó la ponente, cuando hay experiencia de seguridad, el cerebro desarrolla todo su potencial, el niño/a puede utilizar la energía para aprender, relacionarse y estas mismas experiencias lo/a retroalimentan.
En cambio, cuando no existe esta experiencia de seguridad, el cerebro del niño/a funciona en modo de supervivencia, la energía es utilizada para la defensa, sacrificando la conexión, la exploración (el aprendizaje).
Principales características del trauma complejo
Tiene lugar de forma repetida y acumulativa.
Empieza en la infancia temprana, incluyendo la vida intrauterina.
Es de naturaleza interpersonal: provocado por personas significativas y con poderes (progenitores u otros miembros de la familia, docentes, etc.).
Compromete todo el desarrollo de la personalidad, ya que el mundo de referencia del niño/a es un entorno violento amenazante: trastorno traumático del desarrollo con afectaciones a distintos niveles.
En estos casos, la Dra. Barbero destacó la importancia de proteger al niño o niña primero para poder iniciar una traumaterapia después. Una terapia en la cual el trabajo con la base (familia/centro, escuela, etc.) será fundamental.